miércoles, 21 de septiembre de 2011

Los palos del muelle

Unas décadas más añejo que el de la Avenida las Acacias,  pero más actual  en su impronta para todos aquellos que solemos recorrer las playas de Ostende,  este muelle fue construido por la empresa Lloyd Ostende SRL por encargo de los fundadores de pueblo, Robette y Poli. Era su función, además de conformar una obra en sí promotora, la de permitir el desembarco de materiales y maquinarias necesarios para  las construcciones que se levantaban por aquel entonces.
La gracia de este muelle no recaía en su ornamentación, sino en  un bar que se alzaba a sus pies. De nombre “El viejito acordeón”, fue construido en el año 1928, por uno de los primeros hombres que decidieron definitivamente quedarse a vivir en estos lares allá por principios del siglo pasado, Don José Bourel.
En la pequeña confitería de madera y chapa se reunían los turistas a disfrutar de los frutos del mar frescos recién cocidos y de la música que nunca faltaba nacida del acordeón del Ronco Pinto.
En el mes de marzo del año 1942 una fuerte sudestada arrollo con todo el muelle incluyendo el barcito, salvándose el señor Bourel de milagro, cuando sus amigos logran alcanzarle una soga para que pudiera sostenerse a flote.
Unos años después la señora Melnik, dueña del Hotel Palace, tomando por propio lo que no era, vendió los restos del muelle a un aserradero de Mar del Plata, impidiendo así cualquier intento de reconstrucción.